Que el abogado emplee en su vocabulario las palabras correctas, evitando
frases de moda o jerga vulgar que solo suele utilizarse por personas que no
cuentan con preparación académica.
Lo que se necesita, es una expresión muy clara,
concisa, respetuosa de tal manera que la puedan entender todas las personas
presentes, esto en el momento de la narración de los hechos, pues al pasar al
razonamiento jurídico y la aplicación de las normas jurídicas respectivas, debe
de cambiar las técnicas utilizadas, pues no se estará dirigiendo a una persona común
y corriente, si no a un profesional de derecho que en ese momento está
desempeñando el papel de Juzgador.
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