martes, 30 de septiembre de 2014

IV.1 Brevedad

Es el  manjar predilecto de los jueces, si hablas poco te darán la razón aunque no la tengas y a veces, cuando la tengas.
Toda oratoria debe contar con esta excelsa cualidad, pero mas singularmente la de los estrados. Esto nos indica que no es necesario aburrir a los jueces con largos discursos que únicamente nos hacen incurrir en redundancias y hasta podemos llegar fácilmente a equivocarnos. Lo cual seria fatal en el desenlace del proceso

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